lunes, 10 de septiembre de 2018

Reflexiones teóricas: El Balance de Poder Diádico

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La teoría de las Relaciones Internacionales a lo largo de los años, nos ha brindado métodos explicativos que nos facilitan la comprensión de los sucesos que nacen dentro del sistema internacional. Estos acontecimientos como resultados del impacto de la proyección de la soberanía de los Estados, las decisiones supranacionales o causas exógenas al proceder humano (desastres naturales), tienden a modificar y condicionar indudablemente la manera de operar de los actores, generando lo que conocemos como fenómenos internacionales. Los efectos de estos procesos gestan nuevos paradigmas que derivarán en nuevas posturas. La supervivencia como un eje crucial dentro de la vida del hombre, y por ende del Estado, ha propiciado nuevas políticas con la finalidad de contrarrestar o minimizar las amenazas de diversas maneras. 

La conformación de alianzas, desde la óptica liberal, es considerada como efectiva para poder enlazar a los Estados mediante una cooperación efectiva basada un interés colectivo que conlleve ganancias absolutas para así evitar conflictos, agregando el respeto por el Derecho Internacional como un mecanismo de regulación conductual. Si bien es cierto, la conformación de alianzas (Que en su mayoría, son promovidas por los Estados más fuertes) ha servido para promover el desarrollo y consenso de los Estados en diversos ámbitos, pero no ha podido regular del todo las amenazas ni democratizar el sistema internacional. En ciertos casos, las alianzas son producidas por un efecto de conveniencia, que en palabras de Robert Schweller, han impulsando un bandwagoning for profit (Acomodamiento por beneficios) que tiende a culminar cuando los intereses ya no son los mismos entre las partes, creando incertidumbre debido a la nueva reconfiguración del sistema internacional. Dejando al balance de poder como un mecanismo que respondería a esta situación. 

De esta manera, los Estados con mayor capacidad económica, política y militar, tienden a sobreponer sus intereses cuando estos son contrapuestos por alguna entidad o norma internacional. Es así que los Estados hegemones buscan consolidar su supervivencia mediante la manutención de su status quo o la configuración de un nuevo sistema (Imperialista en palabras de Hans Morgenthau), como por ejemplo, los acuerdos Bretton Woods a mitad del siglo XX. 

Es importante relievar que los Estados en la teoría son iguales, pero en la práctica no lo son. La justificación igualitaria de los Estados, basada en el Derecho Internacional, nos brinda un marco que puede servir para aplicarlos en los organismos multilaterales en donde el interés es compartido por las partes. La diferencia de intereses entre los Estados puede resultar en un acomodamiento del status quo. Este es el caso de los Estados Unidos dentro de la administración de Donald Trump, su política de America First promueve la vuelta al realismo clásico basado en el interés nacional como primer motor de su política exterior.

Dentro del juego internacional, el balance de poder es considerado perjudicial para muchos actores, ya que el cambio del status quo sería dejar una puerta abierta para nuevos procesos que generarían nuevos planteamientos dentro de los marcos establecidos por las potencias; por lo cual, los Estados buscan maximizar su individualidad mediante la maximización de su poder (dimensional). Por lo tanto, el balance de poder diádico consiste en el nivel de independencia que un Estado posee frente al sistema internacional. En otras palabras, el Estado que posee mayor capacidad dentro de sus dimensiones de poder (económica, militar, política, entre otras) tiene menos dependencia y necesidad de conformar de alianzas o bandwagoning (Caso Estados Unidos). Por el otro lado, lo contrario sucede con Estados menos poderosos, pues tenderán a generar más alianzas y alinearse a un Estado hegemón (Caso países latinoamericanos, africanos y asiáticos). 

En la actualidad, países como China y Rusia se encuentran en un punto medio dentro de este tipo de balance de poder. Sus dimensiones relativamente bajas frente a las de Estados Unidos, es por eso que la consolidación de su hegemonía se da en una dimensión específica, por lo que aún recurren a alianzas estratégicas para poder hacer frente al Estado hegemón. Los expertos consideran que aún nos encontramos en la transición a un nuevo sistema internacional, con lo cual es difícil poder afirmar que la estructura de poder actual es de un sistema unipolar liderado por los Estados Unidos, ya que existen actores que se perfilan como líderes en las áreas en donde el gobierno estadounidense ya no actúa, como es el caso del libre mercado en el área del Pacífico. El balance de poder es una necesidad imperante que los Estados tendrán que evaluar y formular conforme el escenario se vaya consolidando.

jueves, 5 de abril de 2018

Equilibrios dentro de la Cuenca del Pacífico


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Hablar de la complejidad del mundo, es hacer mención a todos los procesos políticos, económicos, sociales y culturales que se desarrollan dentro del sistema internacional. A fines del siglo pasado, con la victoria de los Estados Unidos frente a la Unión Soviética en el periodo denominado la Guerra Fría, las políticas neoliberales tomaron mayor protagonismo en las administraciones estatales. El sistema internacional pasó de la predominancia de los asuntos netamente políticos a los económicos.

En los últimos años, los intentos por formular un acuerdo comercial que involucre a las economías más dinámicas del Asia Pacífico se direccionaron en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Este acuerdo involucró a doce países: Japón, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile. El liderazgo de los Estados Unidos en este aspecto finalizó con el término del mandato de Barack Obama; el rumbo comercial de los Estados Unidos viró hacia el inicio de una era de proteccionismo y aislacionismo dirigido por Donald Trump. El retiro de los Estados Unidos del TPP es, sin duda alguna, algo que ya se había anunciado por el mismo mandatario y por lo tanto, esperado. Estas acciones generaron en su momento un clima de incertidumbre en los acuerdos que se habían concretado previamente en las diversas rondas negociadoras del presente acuerdo.

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Sin embargo, la salida de los Estados Unidos, más allá de perder un socio comercial importante, brinda una oportunidad para el Perú. El nuevo acuerdo impulsado por Japón, a raíz de la salida de los Estados Unidos, reagrupa a los once países que apuestan por el libre comercio. La necesidad de competir en el mercado estadounidense ha dejado de ser un factor importante. El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP ) firmado en marzo del 2018, en su estructura, cuenta con los mismos puntos negociados previamente a excepción de aquellos en donde la administración de Obama puso más énfasis referidos a Propiedad Intelectual, entre otros.

A lo largo de los últimos veinte años, la hegemonía estadounidense se ha venido debilitando. Desde la infructuosa invasión a Iraq y Afganistán, la imposibilidad de detener una guerra en Siria, y el contrapeso a sus intereses en una zona que a partir de los años ochenta ha comenzado a perder por el surgimiento de China y hoy en día por el despertar de Rusia.


Imagen relacionadaDentro de los intereses chinos, el Área Libre Comercio del Asia Pacífico ( FTAAP), es un documento, negociado desde el 2006, que pretende tener las mismas características que el TPP11. Los intereses chinos giran en torno a lograr también la Alianza Regional económica (RCEP) que conforma países del mar continental chino. La posición de Rusia frente a los cambios geopolíticos en el sudeste asiático, van hacia la consolidación de la Unión Económica Euroasiática (UEE), y en especial, el fortalecimiento de Rusia en el sudeste asiático. Este acercamiento económico se va efectuando mediante  herramientas comerciales hacia los países que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), siendo Vietnam el primer país con el cual se firma un Tratado de Libre Comercio (TLC). 

China y Rusia son conscientes que la lucha por la hegemonía en  Asia en la actualidad, no solo se da por medio de la “reconquista” económica sino en el rol que se debe de proyectar frente al Océano Pacífico, espacio decisivo para el control y el posicionamiento en las diversas tensiones que se producirán en esta parte del globo.Las relaciones internacionales en el Asia – Pacífico están pasando por un contexto de cambios profundos, de nuevos mecanismos de integración y de nuevas alianzas que van a determinar el desarrollo del comercio exterior y la política internacional. Mientras que los Estados Unidos ha decidido ceder el protagonismo económico para emprender la doctrina del “ America First”.