Hablar de la complejidad del mundo, es hacer mención a todos los procesos políticos, económicos, sociales y culturales que se desarrollan dentro del sistema internacional. A fines del siglo pasado, con la victoria de los Estados Unidos frente a la Unión Soviética en el periodo denominado la Guerra Fría, las políticas neoliberales tomaron mayor protagonismo en las administraciones estatales. El sistema internacional pasó de la predominancia de los asuntos netamente políticos a los económicos.
En los últimos años, los intentos por formular un acuerdo comercial que involucre a las economías más dinámicas del Asia Pacífico se direccionaron en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Este acuerdo involucró a doce países: Japón, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile. El liderazgo de los Estados Unidos en este aspecto finalizó con el término del mandato de Barack Obama; el rumbo comercial de los Estados Unidos viró hacia el inicio de una era de proteccionismo y aislacionismo dirigido por Donald Trump. El retiro de los Estados Unidos del TPP es, sin duda alguna, algo que ya se había anunciado por el mismo mandatario y por lo tanto, esperado. Estas acciones generaron en su momento un clima de incertidumbre en los acuerdos que se habían concretado previamente en las diversas rondas negociadoras del presente acuerdo.
Sin embargo, la salida de los Estados Unidos, más allá de perder un socio comercial importante, brinda una oportunidad para el Perú. El nuevo acuerdo impulsado por Japón, a raíz de la salida de los Estados Unidos, reagrupa a los once países que apuestan por el libre comercio. La necesidad de competir en el mercado estadounidense ha dejado de ser un factor importante. El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP ) firmado en marzo del 2018, en su estructura, cuenta con los mismos puntos negociados previamente a excepción de aquellos en donde la administración de Obama puso más énfasis referidos a Propiedad Intelectual, entre otros.
A lo largo de los últimos veinte años, la hegemonía estadounidense se ha venido debilitando. Desde la infructuosa invasión a Iraq y Afganistán, la imposibilidad de detener una guerra en Siria, y el contrapeso a sus intereses en una zona que a partir de los años ochenta ha comenzado a perder por el surgimiento de China y hoy en día por el despertar de Rusia.
Dentro de los intereses chinos, el Área Libre Comercio del Asia Pacífico ( FTAAP), es un documento, negociado desde el 2006, que pretende tener las mismas características que el TPP11. Los intereses chinos giran en torno a lograr también la Alianza Regional económica (RCEP) que conforma países del mar continental chino. La posición de Rusia frente a los cambios geopolíticos en el sudeste asiático, van hacia la consolidación de la Unión Económica Euroasiática (UEE), y en especial, el fortalecimiento de Rusia en el sudeste asiático. Este acercamiento económico se va efectuando mediante herramientas comerciales hacia los países que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), siendo Vietnam el primer país con el cual se firma un Tratado de Libre Comercio (TLC).
China y Rusia son conscientes que la lucha por la hegemonía en Asia en la actualidad, no solo se da por medio de la “reconquista” económica sino en el rol que se debe de proyectar frente al Océano Pacífico, espacio decisivo para el control y el posicionamiento en las diversas tensiones que se producirán en esta parte del globo.Las relaciones internacionales en el Asia – Pacífico están pasando por un contexto de cambios profundos, de nuevos mecanismos de integración y de nuevas alianzas que van a determinar el desarrollo del comercio exterior y la política internacional. Mientras que los Estados Unidos ha decidido ceder el protagonismo económico para emprender la doctrina del “ America First”.