Para dar inicio con este presente trabajo, cabe mencionar las diversas definiciones y características principales que ha de tener una potencia mundial o hegemon; para poder así, con una base, ir desarrollando la idea y responder esta pregunta.
En primer lugar, un hegemón, es una nación que goza de soberanía, el cual tiene la capacidad de mandar, dominar e imponer. En segundo lugar, se dice que es un Estado que tiene la capacidad de influir y proyectar su poder en el mundo, y por último se puede definir como una nación o territorio que tiene una gran fuerza política, económica o militar , con la capacidad para ejercer el poder a través de la diplomacia mundial. A lo largo de la historia de la humanidad, el poder ha sido la herramienta clave para determinar el curso y el dominio de los pueblos. Esto se puede ver en la Antigua Grecia, entre Atenas y Esparta; en el Imperio Romano, el Imperio Español, el Imperio de Británico y entre otros. En el último siglo, pudimos apreciar a dos potencias mundiales en la lucha por la primacía mundial, a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y a los Estados Unidos de Norteamérica. Con la derrota de la primera, el país norteamericano, asumió el liderazgo en el mundo, siendo el predecesor del antiguo Imperio Británico, en el mundo anglosajón. A partir de 1990, el mundo vivió una unipolaridad, con el cual Estados Unidos se proclamaba como única nación hegemónica; con el cual buscaría implantar en el mundo una política de liberalización de mercado, que le ayudaría a mantener el orden internacional en base a las relaciones económicas entre las naciones del mundo.
Existen cuatro elementos que nos permiten identificar a una potencia mundial: La estabilidad política como económica, importancia militar, tecnología y legitimidad en términos de seguridad internacional. Estados Unidos compartió y los sigue compartiendo en cierta manera, todos estos elementos, lo cual lo llevó a erigirse como un hegemón a partir de la década de los 90’. Todo marchaba bien para Estados Unidos hasta el atentado al World Trade Center el 11 de Setiembre del 2001; la política exterior estadounidense se concentró en mantener la unipolaridad, con el motivo de salvaguardar la seguridad internacional. Con esta nueva política y con la Doctrina Bush, Estados Unidos invadió Afganistán e Iraq.
A consecuencia de esto, los factores como el costo de guerra (que fue de 25 billones de dólares), la quiebra de empresas transnacionales, como la General Motors, y el estallido de la burbuja inmobiliaria, propició que Estados Unidos se sumergiese en una profunda crisis, que luego se expandiría al resto del mundo. Todo esto hizo que el hegemón, perdiese un rol en el liderazgo de la economía mundial. Cabe mencionar que Estados Unidos aún tiene un rol importante en el mundo, el dólar sigue siendo la divisa más importante en el mundo, su soft power sigue siendo tan influyente como en la década de los noventa. Pero esto poco a poco se va desvaneciendo. A esto le podemos sumar la teoría de los ciclos de Maquiavello, que consiste en el sometimiento del Estado derrotado por otro vecino, cuya organización sea mejor; plasmándolo en la actualidad, podemos ver como el debilitamiento de los Estados Unidos, prepararía el escenario para una nueva potencia emergente mundial.
A consecuencia de esto, los factores como el costo de guerra (que fue de 25 billones de dólares), la quiebra de empresas transnacionales, como la General Motors, y el estallido de la burbuja inmobiliaria, propició que Estados Unidos se sumergiese en una profunda crisis, que luego se expandiría al resto del mundo. Todo esto hizo que el hegemón, perdiese un rol en el liderazgo de la economía mundial. Cabe mencionar que Estados Unidos aún tiene un rol importante en el mundo, el dólar sigue siendo la divisa más importante en el mundo, su soft power sigue siendo tan influyente como en la década de los noventa. Pero esto poco a poco se va desvaneciendo. A esto le podemos sumar la teoría de los ciclos de Maquiavello, que consiste en el sometimiento del Estado derrotado por otro vecino, cuya organización sea mejor; plasmándolo en la actualidad, podemos ver como el debilitamiento de los Estados Unidos, prepararía el escenario para una nueva potencia emergente mundial.
Actualmente, y como ya mencionamos, el único hegemón es Estados Unidos. Pero como todo ciclo, dentro de la historia de la humanidad, llega a su fin. Su tiempo como potencia se apaga lentamente y otras naciones se perfilan para ser sus predecesoras. Hoy en día estamos en una etapa de transición en las cuales las fuerzas geopolíticas se están reacomodando luego del equilibrio de poder que aconteció durante la Guerra Fría (1945 – 1991) , las crisis económicas mundiales , las crisis en el Medio Oriente, y en el Asia, son factores que debemos tomar en cuenta y que determinarían un nuevo orden geopolítico internacional. Dentro de este nuevo orden, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han empezado a configurar esta estructura de poder unilateral que Estados Unidos había propiciado después de los 90’. Para poder desplazar a Estados Unidos, estas naciones deben de tener las características mencionadas anteriormente, sumándole los siguientes instrumentos que le ayudarían a formar parte de una nación con categoría de hegemón o potencia : Tener un considerable tamaño de población, territorio y recursos naturales, tener capacidad militar y económica, una política exterior y diplomacia capaz de proyectar poder, legitimidad y una percepción unánime del status de poder por del resto de países, y por último, contribuir de manera significativa al sistema internacional.
Por otro lado, Estados Unidos está perdiendo terreno en el ámbito tecnológico. Después de las reformas migratorias causadas por el atentado del 11 de Setiembre, el capital humano se vio obligado a migrar a países que le faciliten el ingreso, tal fue así la situación, que China y la India se vieron como opciones laborales. Con esto, la tecnología en las potencias emergentes evolucionaría de manera tal, que la brecha existente entre las nuevas potencias con el hegemón actual, se acortará y generará una competencia económica dentro del mercado tecnológico. Cabe mencionar que las potencias emergentes, ya producen un impacto, en el ámbito político-económico, tanto positivo como negativo dentro del escenario mundial; este impacto políticos-económicos definen el crecimiento estadístico de la economía mundial, podemos afirmar también que las nuevas potencias estarían produciendo más de la mitad del PBI (Producto Bruto Interno) en el mundo.
Como conclusión podemos decir que, el equilibrio de poder que se está formando hoy en día, daría el inicio hacia un nuevo orden mundial; la hegemonía norteamericana se vería amenazada por las nuevas potencias económicas, que pronto la sobrepasarían. La posibilidad de que surja una nueva potencia mundial es cada vez más próxima. Hoy se puede hablar de una estructura de poder, que pasa desde la unipolaridad a la multipolaridad; pero como he dicho anteriormente, esto es solo un tránsito. El hegemón durante los acontecimientos se va moldeando, se configura y se fortalece hasta alcanzar su máxima capacidad, para así tomar las riendas del orden internacional. En este caso, Estados Unidos aún sigue siendo el hegemón por su hard y soft power, pero nada es para siempre, las relaciones internas como internacionales son impredecibles y tienden a variar. La respuesta a esta interrogante, es simplemente decir que no existe otro hegemón debido a que los cambios que se produjeron en el mundo, habrían fortalecido el rol de los Estados Unidos como única potencia. A esto le sumaríamos los cambios en el mundo (mencionados anteriormente) que cambiarían la visión unipolar del país norteamericano, el equilibrio de poder y propiciarían la declinación del único hegemón, para dar paso a una nueva potencia que desempeñe el rol que hoy en día solo le da espacio a Estados Unidos.
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