Por medio de un riguroso proceso de selección logré ser uno de los pocos latinoamericanos y el primer peruano seleccionado en la historia para asistir al Foro Mundial por la Democracia, que se desarrolló en el Consejo de Europa, en Estrasburgo, Francia. Fue una de esas experiencias únicas que te marcan en la vida como estudiante y como persona.
Este año, el Foro Mundial por la Democracia, eligió el tema de si es que la juventud puede revitalizar la democracia. Por consiguiente y como primer destino, era asistir al Centro Europeo de la Juventud en Estrasburgo para tres días de preparación. Es ahí en donde pude conocer a los diversos jóvenes líderes de alrededor del mundo que también habían sido seleccionados. Todas las naciones estaban presentes en un solo salón. Las diferentes visiones y realidades eran extrañamente compatibles, todos aspiraban en vivir en una sociedad verdaderamente democrática, inclusive los que jamás habían vivido en una democracia. Compartir tres días de preparación con ellos me hico repensar conceptos que creía claros. Al terminar la preparación, el día llegó, era hora de asistir al foro.
El foro estaba dividido en dos sesiones plenarias, durante el primer y último día en el Hemiciclo central del Consejo de Europa; y quince laboratorios que se desarrollaban simultáneamente desde el primer día, hasta el último. Tuve la oportunidad de participar en el laboratorio 5, con el tema “No to Neo-Nazis, No to hate speech” y en el laboratorio 15 “Youth in Global Summits”. En general, los laboratorios se centraron bajo el contexto europeo que se venía desarrollando en los últimos años. Los presentadores del laboratorio 5, eran Storch Heinar, un movimiento satírico anti Neo-Nazi que lucha pacíficamente en contra estos, con el fin de evitar que esta ideología rebrote nuevamente.
Por otro lado, mis críticas podrían centrarse más en el laboratorio 15. El presentador era Philip Strothmann. Presentó un proyecto que seguía las bases de la representación juvenil ante el G7 o el G20. Los planteamientos dados estaban basados en las experiencias políticas del primer mundo y por consecuencia, excluía a la mayoría de los que estábamos presentes. En la intervención que logré durante el debate, hice notar mi desacuerdo sobre esto, ¿Y quién pensaba en los países que pertenecían a la periferia y que no eran considerados en estas reuniones? Gran parte de los jóvenes asistentes eran de países de Europa Oriental, del Medio Oriente y de Asia; automáticamente quedábamos excluidos al vernos limitados por un debate tan centralizado en visiones que eran ajenas a nuestras realidades.
En términos generales, puedo resumir al Foro Mundial, como una buena oportunidad para poder expresar la vivencia democrática en el país y conocer un poco más acerca de qué manera la democracia puede verse fortalecida, qué mecanismos serían los ideales para integrar a la juventud en el proceso de toma de decisiones . A pesar de tener un tinte eurocentrista, la gama de visiones que te da este Foro, es único. La belleza de todo, es que antes de asistir, pensé que volvería con respuestas a algunas incógnitas que tenía, pero al contrario, regresé con aún más preguntas y ganas de querer hacer un cambio.
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